Una nave de luz y sueños deja su estela blanca sobre el agua,
Las estrellas guían su su rumbo fatigado bajo el vuelo cadencioso de un albatros.
Se tiñe el horizonte del sonrojado pudor de un alba recurrente,
Y estallan puras las olas en la arena movediza de la orilla transparente.
Te busco en los rincones del rumor del viento,
En el surco espumoso que la quilla de un velero abre mansamente,
Te busco con el ansia reprimida de una mirada perdida,
Y escapan suspiros rotos de mi garganta penitente.
¿Dónde andarás, mariposa de fuego, blanca como la nieve?
¿Dónde buscas las flores con tu vuelo caprichoso, siempre diferente?
¡Ay si en mi mano te posases dulcemente!
¡Ay si libases de mis labios fríos que te esperan!
¡Ay si tus alas una caricia regalasen a mi piel ausente!
Una sinfonía de brisas seca mi voz distante,
Pero aún tengo un corazón que sigue palpitando,
Un verso que fluye lentamente y sin descanso,
Y un beso de mi boca que sueña con tus labios.
Mariposa de fuego, ¿No ves que estoy llorando?
Ven a libar mis lágrimas furtivas,
Ven a beber mi néctar que fluye enamorado,
Y quédate, quédate a mi lado.
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